El gobierno de Estados Unidos restringirá notablemente las remesas a Cuba a partir del 9 de octubre, reduciendo a la mitad la cantidad de dinero que los norteamericanos pueden enviar a sus familiares en la isla. Estas medidas se unen a la reducción de los permisos de viaje dictada por la Casa Blanca en junio, en una estrategia coordinada por revertir el restablecimiento de los lazos diplomáticos iniciado por Barack Obama hace aproximadamente una década.
“Con estas medidas aislamos financieramente al régimen cubano. EE.UU. sigue responsabilizando al régimen cubano por la opresión del pueblo cubano y el apoyo a otras dictaduras en toda la región, como el régimen ilegítimo de Maduro”, dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un comunicado. “Estamos poniendo trabas a los excesos del gobierno cubano mientras continuamos apoyando al pueblo de Cuba durante su sufrimiento”.
Desmontando la política de Obama
En junio, la Casa Blanca anunció por sorpresa la prohibición de que los cruceros norteamericanos atraquen en Cuba, algo que dejó descolgados a miles de pasajeros y a no pocos operadores turísticos en el inicio de la temporada de vacaciones de verano. También prohibió los trayectos de barcos de pasajeros regulares, buques recreativos y aeronaves privadas entre EE.UU. y Cuba. El gobierno de Donald Trump ya había prohibido en abril los viajes individuales a la isla, pero durante dos meses permitió las excursiones y los viajes organizados en grupo.
Aunque Obama restableció las relaciones diplomáticas en 2015, Trump ha intentado retomar las medidas más drásticas del embargo, limitando sobre todo los viajes y el envío de dinero a Cuba. El actual gobierno de EE.UU. también ha aplicado por primera vez varios apartados de la ley del embargo que permiten llevar a los tribunales a empresas extranjeras, incluidas las europeas, que obtengan beneficios por la explotación de propiedades confiscadas por el régimen durante la revolución comunista.