Internacional
Publicado el Lunes, 12 de Agosto del 2019

Estados Unidos y China se pelean por nuevos aranceles

Los presidentes de EE UU, Donald Trump, y China, Xi Jinping, en la cumbre del G20 del pasado junio en Osaka (Japón).
Madrid (El País).– “¿Cómo negocias con mano dura con tu banquero?”, se preguntaba en 2009 la entonces secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton. Esta frase, recogida en un cable revelado por Wikileaks, resumía la complicada relación de Washington con China, que controlaba deuda pública de la mayor potencia mundial por valor de un billón de dólares.
 
Una década después, el país asiático ha aumentado ligeramente su cartera de bonos estadounidenses. Pero eso no ha impedido que el hoy presidente Donald Trump use todas las armas contra su gran competidor global, que además sigue siendo su mayor banquero.
 
En el conflicto, China ha echado mano esta semana de una nueva arma: el tipo de cambio. Tras el anuncio por parte de Trump de nuevos aranceles a partir de septiembre –una tasa del 10% para productos chinos por valor de 300.000 millones de dólares–, Pekín respondió poniendo fin a lo que hasta entonces parecía un tabú: su banco central dejó traspasar la barrera psicológica del cambio de siete yuanes por dólar.
 
Con esta (moderada) devaluación, China ha despertado el temor a que el choque comercial, que ya mutó en tecnológico, avance hacia una guerra de divisas. Los expertos consultados dudan que se haya llegado a este punto. China ha contenido hasta ahora la caída de su moneda, que habría sido mayor sin la intervención gubernamental. El dólar, por su parte, sí está sobrevalorado: entre el 6% y el 12%, según un informe del FMI de julio. El yuan puede ir perdiendo valor poco a poco, pero los analistas no esperan un brusco desplome, ya que, entre otros motivos, originaría una fuga de capitales que en Pekín nadie desea.
 
“No creo que estemos en una guerra de divisas, sino en una espiral de represalias. Al devaluar su moneda, China ha mostrado que si es preciso va a librar esta batalla con otras armas más allá de los aranceles”, responde el técnico comercial Enrique Feás. Su compañero del Real Instituto Elcano Miguel Otero coincide. “El movimiento de la divisa es un pequeño detalle en una gran partida. Lo que se juega aquí es la hegemonía geopolítica y tecnológica y la capacidad de las dos potencias de influir en todos los ámbitos.
 
 

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