Clarín (Argentina).– Los franceses celebraron su 14 de Julio con uno de los más espectaculares desfiles militares de su historia, con las fuerzas armadas proyectadas en el futuro, la innovación y los líderes europeos como invitados especiales, en la avenida más linda del mundo en París. Pero fue una jornada perturbadora.
Los Chalecos Amarillos y los Black Blocks consiguieron infiltrarse en los Campos Elíseos, abuchear al presidente Emmanuel Macron cuando revistaba las tropas en el día de la fiesta nacional y enfrentarse con las fuerzas de seguridad. Al menos 173 personas resultaron detenidas, luego de que finalizara el desfile y comenzaran los violentos incidentes.
Tres de las figuras principales de los Chalecos Amarillos -Eric Drouet, Jérome Rodríguez y Máxime Nicollle- fueron detenidos por la policía, tras ser detectados entre los manifestantes, y luego liberados.
Una nube de gas lacrimógeno y fuego cubría los Campos Elíseos, con tarros de basura incendiados y barreras para impedir que ocuparan la calle, en las cercanías del Arco del Triunfo. Al menos 200 “casseurs” o vándalos confrontaron con la policía, con intermitencia. Hay algunas vidrieras rotas pero no son comparables a otras movilizaciones de los Chalecos Amarillos. Esta vez no estaban vestidos con su clásica identificación y por eso es difícil distinguir quiénes son.
Le Fouquet, el simbólico restaurante de la avenida destruido por los Chalecos Amarillos, se reinauguró este domingo. Pero fue rodeado por las fuerzas de seguridad para evitar otra catástrofe y que vuelva a ser destruido.
París había sido colocada bajo alta seguridad, con un perímetro cerrado a los vehículos, preparados especialmente para “una noche sensible”, cuando los franceses celebran su fiesta nacional con fuegos de artificios, conciertos y bailes en lugares emblemáticos.
Los incidentes son menos graves que otros de meses atrás en la avenida. Pero su importancia es que esto ocurrió cuando Francia celebraba su fiesta Nacional, con la amenaza de los Chalecos de continuar su movilización.
Didier Lallament, prefecto de la policía de París, visitó la avenida dos veces. Advirtió a los “casseurs” o vándalos que tiene fuerzas suficientes para frenarlos e invitó a los turistas y franceses a celebrar el 14 de julio en los Campos Elíseos, en un discurso de firmeza.
“Revolución”, cantaban los Chalecos Amarillos, que los habían reemplazado con cartones, para no ser detectados por los controles de la policía, cuando la movilización estaba prohibida en la avenida.
“Los que han querido interrumpir este desfile deben tener vergüenza. Hoy es un día de celebración nacional. Es un día donde la nación está reunida y pienso que a la Nación hay que respetarla”, dijo el ministro del interior Cristophe Castagner.
El presidente Macron fue silbado a lo largo de su pasaje por los Campos Elíseos. Los gritos se hacían escuchar, cuando Macron revistaba las tropas a borde de un “vehículo de comando”, cuando el desfile militar estaba diseñado bajo el signo de la cooperación militar europea y con invitados especiales, como la canciller alemana Ángela Merkel y el presidente de la Comisión Europea, Jean Claud Juncker.
Los manifestantes consiguieron violar los controles y se posicionaron en el Rond Point de los Campos Eliseos, donde Macron debía llegar. Ellos habían previsto darle la espalda al presidente y silbarlo. Algunos lo hicieron pero la mayoría gritaba “Macron dimisión”. En los controles habían perdido sus Chalecos Amarillos. S e reconocían con un cartón amarillo o un globo.
Los manifestantes consiguieron bloquear los Campos Eliseos después del desfile del 14 de julio, en el tercer desfile militar bajo la presidencia de Macron.
La policía detuvo a los manifestantes por “organización de manifestación no declarada” o “violencia sobre personas que representan el orden público”.