De escándalo en escándalo, de lesión en lesión. Desde que Neymar se mudó a París todo fue cuesta abajo. Su carrera no ha tomado el rumbo que él y su entorno esperaban, lo que a esta altura ya le ha generado problemas muy pesados. El futbolista brasileño ha dicho “basta” y todo indica que cambiará de equipo más pronto que tarde, según informa la prensa española.
El diario SPORT informó que hay un “divorcio total” entre Neymar y el PSG, por lo que existe la posibilidad real de que el astro brasileño pueda abandonar el cuadro parisino durante este mercado de transferencias. “El futbolista ya le comunicó al club durante el mes de mayo su deseo de no regresar a París”, explica el periódico catalán.
Uno de los principales motivos por los que Neymar quiere buscar un nuevo rumbo, está relacionado con los resultados deportivos. Llegó a la capital francesa como el jugador capaz de llevar al PSG al éxito continental, pero ahora está “cansado de los fracasos europeos”, según SPORT.
Por otra parte, el ex jugador del “Barza” ha llegado a la conclusión de que la Liga francesa está perjudicando su carrera. Principalmente, porque el juego se ve afectado al competir con equipos de menor calibre que los enfrentaba en España, pero también porque su físico corre riesgo.
A esta altura, ya no encuentra motivos para quedarse en territorio galo. En su momento se vio seducido por la oferta económica y un proyecto que pretendía tenerlo como eje, pero esas dos cuestiones también han pasado a un segundo plano.
En primer lugar, el dinero ya no es su prioridad. Como explica SPORT, el club francés intentó cambiar el ánimo de Neymar mejorando su contrato, pero fue en vano: “El PSG intentó solventar el problema con una renovación aún más millonaria, pero ya no es una cuestión de dinero. Neymar quiere ganar títulos importantes y sentirse feliz sobre el terreno de juego”.
Y, en segundo orden, la llegada de Kylian Mbappé y el papel figura que asumió el joven campeón del mundo con Francia, mientras el brasileño estuvo inactivo por lesión, han sido letales para un Neymar que ya no se siente líder absoluto y protagonista en el vestuario.