Cristiano Ronaldo lo hizo de nuevo. El astro portugués llevaba apenas un gol en la presente edición de la Champions League. Pero ante el Atlético Madrid convirtió un “hat-trick” para darle la clasificación a la Juventus a los cuartos de final de la competencia. Con su brillante actuación, la “Vecchia Signora” derrotó 3-0 al Atlético Madrid y dio vuelta la serie, dado que había perdido 2-0 en el Wanda Metropolitano, en España.
Más allá del factor Ronaldo, fue justa la victoria de la Juventus. Por ambición, porque buscó con decisión desde el primer minuto, ante un rival que nunca le encontró el tiempo al partido.
El inicio del partido respondió a lo que indicaban todos los análisis previos. Valiéndose de la ventaja que consiguió en España, el elenco de Diego Simeone armó un bloque cerca de su área, solidario, para sostener el resultado y aguardar agazapado algún descuido del local. Juventus planteó asfixiar a su adversario, volcando a sus hombres en campo contrario, monopolizando la pelota e intentando llegar por las bandas (sobre todo por la derecha, con Pjanic), pero se repitió en los centros cruzados, ideales para los rechazos de Josema Giménez y Godín.
A los 3 minutos, gran polémica: el árbitro Bjorn Kuipers, a instancias del VAR, anuló el gol de Chiellini, por una supuesta falta de Cristiano Ronaldo a Oblak, que no existió.
Pero la defensa del “Aleti” no contaba con la voracidad de CR7. A los 26 minutos, Bernardeschi envió un centro desde la izquierda y el portugués superó a Juanfran y anotó el 1-0.
En el complemento, Cristiano no esperó para volver a ponerse la capa de superhéroe. A los dos minutos, parado como número 9, el delantero volvió a elevarse y cabeceó al ángulo. Oblak se estiró y sacó la pelota, pero ya había traspasado la línea de meta. La tecnología lo comprobó y la “Juve” igualó la serie.
El 3-0 de Cristiano Ronaldo, cuando la prórroga parecía el destino del choque, fue de penal a cinco minutos del final, por una pena máxima absurda de Ángel Correa sobre Federico Bernardeschi.
Premio al empuje de los italianos comandados por Cristiano Ronaldo. Desazón de los “colchoneros” por perder una serie que parecía asegurada, pero su intención de salir solo a defender en Turín les terminó costando muy caro.