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Publicado el Domingo, 06 de Enero del 2019

No utilizar bloqueador trae efectos en la piel

No es recomendable exponerse al sol entre las once de la mañana y tres de la tarde.
Es cierto que el ser humano necesita exponerse a la luz solar, porque esta aporta diferentes beneficios para su cuerpo, entre ellos, ayuda a fabricar la vitamina D, importante para la formación de los huesos. Sin embargo, estar expuestos por mucho tiempo, provoca daños nocivos a largo plazo.
 
Las consecuencias más reconocidas son la aparición de manchas, envejecimiento prematuro, aparición de lunares, variadas alteraciones oculares, alergias, hasta inclusive cáncer de piel.
 
De acuerdo con el cirujano oncólogo, Mauricio León Rivera durante el verano, la piel se encuentra más expuesta a los rayos ultravioleta, especialmente en los picos más elevados entre las once de la mañana a las tres de la tarde, horarios donde son más fuertes y hacen más daño.
 
El especialista señaló que cuando se llevan a cabo actividades al aire libre se debe utilizar ropa de algodón holgada y si es de color oscuro, mejor, ya que son las que más protegen del sol, sombreros de ala ancha y anteojos de sol con protección ultravioleta.
 
Además, recomendó utilizar protector solar mayor o igual a 35 FPS (Factor de Protección Solar) aplicándolo media hora antes de la exposición al sol y renovándolo cada dos horas o luego del baño o de hacer ejercicio, evitar la exposición solar de bebés menores de un año y elegir lugares con sombra.
 
Aclaró que los medios artificiales de radiación para tomar color en la piel son igualmente malos, las dosis de UV artificiales se suman a las dosis de UV del sol y refuerzan el efecto cancerígeno.
 
El especialista resaltó que, el 15 por ciento de casos de cáncer de piel proviene de lesiones o lunares que degeneraron por la peligrosa radiación ultravioleta.
 
Por otro lado, a los padres de bebés menores de seis meses, no se aconseja exponer al sol a sus pequeños, debido a que su piel es muy sensible en este periodo al no haber desarrollado plenamente su capacidad para segregar melanina, el pigmento que la protege.
 
Será a partir del sexto mes de vida cuando tu bebé pueda empezar a tomar los primeros rayos de sol siempre que no sea en los horarios más fuertes del día, como se mencionó anteriormente.
 

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