Salud
Publicado el Jueves, 30 de Julio del 2020

El adiós a los seres queridos en medio de la pandemia

Experto aconseja dejar salir las emociones y buscar otros ritos de despedida que se adapten a la pandemia.
Experto recomienda desarrollar ritos familiares que nos permitan procesar el dolor y la frustración
 
Decir adiós a nuestros seres queridos nunca fue tan doloroso como ahora. Mucho más si quienes han muerto lo han hecho a causa del coronavirus. La distancia social, la ausencia de un cuerpo por velar, la falta de ritos que los despidan como merecen son solo algunos aspectos que hacen el duelo más difícil en estos tiempos y pueden poner en peligro nuestra recuperación emocional tras esas pérdidas.
 
El psicólogo Daniel Yépez, explica que el duelo es un proceso natural que surge ante cualquier pérdida: un ser querido, el no poder ver a los compañeros de colegio, perder el trabajo, entre otras. Sin embargo, todos los cambios impuestos por la emergencia sanitaria hacen que vivamos esta pérdida de forma más intensa y distinta.
 
“Cuando se presenta la pérdida de un ser querido no solo llega la tristeza, el dolor; también hay ira, que puede consistir en echarle la culpa a los demás o echarse la culpa uno mismo. Lo importante en este proceso es validar nuestras emociones porque no hay emoción que sea negativa, aunque algunos las censuren socialmente, como al miedo, que muchos dicen no deberíamos sentir, más aún si somos adultos o si somos hombres”, comentó.
 
De esta manera, algunos expresarán su dolor en silencio, mientras otros llorarán de forma desconsolada y puede que haya incluso gritos para liberarse del sufrimiento.
 
“Cuando no expresamos lo que sentimos, las emociones se convierten como un vapor en medio de una olla de presión.
 
Van creciendo, creciendo por la temperatura hasta que en un momento esa olla a presión va a reventar y nos va a dañar. No solo a nosotros, sino a todas las personas que están a nuestro alrededor”, advirtió el experto.
 
Entonces, la solución, dijo, es abrir esa olla a presión. “Dejar la tapita abierta y que ese vapor simplemente salga. Si es tristeza, que aparezca y aceptarla. Lo mismo debe pasar con el miedo y la ira. Si es culpa, dejarla también que salga”.
 
Pérdida de los padres
 
La pérdida del padre o la madre durante la adolescencia viene acompañada de mucha frustración y rabia.
 
“Más que decir qué es lo que se debe hacer ante la ausencia de mamá o papá en el hogar, lo importante es acompañarlo en su dolor. Eso implica ofrecer la presencia, la cercanía afectiva, decirle no estás solo, no estás sola. Nos tienes a nosotros y eso porque hay una red afectiva, familiar, que acompaña a ese menor. ¿Va a ponerse triste?, por supuesto, lo tiene que hacer, es necesario. En algún momento se va a llenar de ira y es normal porque en otro momento va a tener que continuar sin la presencia del papá o la mamá fallecida. Eso también va a llegar”.
 
Yépez consideró que los adolescentes encontrarán su propio camino de adaptación, como lo hacen todos quienes han perdido a un ser importante dentro de la familia.
 
“El duelo se trata justamente de llegar a un punto de adaptarnos sin la presencia de esa persona querida; en medio de la tristeza o la ira, iremos aceptando que la vida continúa. Si uno no transita por el duelo quizá nunca va a encontrar esa adaptación y puede desarrollar un duelo patológico”.
 
El duelo patológico surge cuando las personas se quedan en la constante negación de lo sucedido o se quedan en la ira y la viven un tiempo prolongado. No cierran el círculo.
 
“El duelo no tiene un tiempo fijo, es un proceso. Lo importante es pasar por sus distintas etapas que incluyen la negación, la ira, la negociación, la depresión y finalmente la aceptación. El orden dependerá de cada persona, pero finalmente aceptarán la partida de su ser querido y continuarán. Podrá venir la tristeza más adelante, pero no será una que me afecte o me paralice”.
 
Un duelo patológico puede conducir a las personas a sufrir de manera indefinida, a tener conductas destructivas, como entrar al alcohol o las drogas o desear quitarse la vida. En esas situaciones se recomienda buscar el soporte de un especialista que puede encontrarse en los numerosos centros comunitarios de salud mental del Ministerio de Salud en todas las regiones de país.

Rito para despedirnos
 
El velorio que tradicionalmente conocíamos como rito para despedirnos de nuestros seres queridos ya no existe y se encuentra prohibido por medidas sanitarias a causa del covid-19.
 
Pero a falta de velorios y entierros, necesitamos incorporar otros ritos de despedida porque se trata de primer paso para iniciar adecuadamente el proceso del duelo y aceptar finalmente que esa persona que amamos ya no estará más con nosotros.
 
Daniel Yépez comentó que ha acompaño a muchos amigos en misas virtuales como una forma de estar con ellos en un momento tan duro.
 
El hecho de encontrarse en un ambiente virtual como ese, de recordar algunos aspectos de la persona fallecida son importantes para procesar el dolor. Pueden surgir las ganas de llorar y eso está bien, pueden hacer oraciones, canciones, todo de acuerdo con la cosmovisión de cada familia.
 
Si hay posibilidad de estar cerca físicamente, de velar la ropa o cosas que usaba, ofrecer un abrazo hondo y sincero, éste será muy reconfortante para quien sufre en ese momento.
 
Pero de no ser posible ese contacto cercano, el experto recomendó una llamada telefónica, un mensaje de texto, en el que se diga “estoy presente, estoy contigo, aquí me tienes, estoy pensando en ti, orando. Cosas de ese tipo ayudan mucho a que las personas se sientan consoladas. Nunca ayudan los sermones y más si está pasando por la tristeza o la ira de perder a un ser querido”.
 
 

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