La sobreexposición solar, especialmente cuando se producen quemaduras visibles, podría generar en el tiempo consecuencias negativas para nuestra salud, como es el caso de los lunares (lesiones pigmentadas) que podrían degenerar en cáncer de piel.
“En la actualidad los cuidados deben aumentar porque el “agujero” o densidad de la capa de ozono deja pasar cada vez más rayos ultravioletas al planeta, que son los responsables del aumento en la incidencia de cáncer de piel en todo el mundo, sobre todo en países ecuatoriales como el Perú”, añadió.
El diagnóstico del cáncer de piel se basa en la búsqueda de signos sospechosos, los parámetros que utilizamos se resumen en la regla del A, B, C, D, E que son las iniciales de Asimetría, Borde, Color, Diámetro y Evolución. Si un lunar presenta bordes irregulares, es asimétrico, no tiene color homogéneo, mide más de 6 mm de tamaño o cambia en el tiempo, debemos descartar siempre un cáncer acudiendo al especialista para su evaluación.
Recomendó usar ropa de algodón holgada y si es de color oscuro mejor, sombreros de ala ancha, gafas de sol con protección ultravioleta (UV), aplicación de bloqueador con un mínimo Factor de Protección Solar (FPS) de 35 aplicándolo media hora antes de la exposición al sol y renovándolo cada dos horas o luego del baño o de hacer ejercicio. Además de evitar siempre la exposición solar en bebés menores de un año.