Grecia tiene intención de instalar una barrera flotante en el mar Egeo para disuadir a los migrantes que llegan a las costas de sus islas a través de Turquía, en respuesta al reciente aumento de las pateras en esta zona, según ha informado el Gobierno, a través de un comunicado. El portavoz del Ejecutivo, Stelios Petsas, ha dicho en una entrevista que se trata de un programa piloto.
Un funcionario del Ministerio de Defensa también ha dicho a Reuters que si la barrera, que supondría inicialmente un coste de 500 000 euros es efectiva, se podría extender y alcanzar los 15 kilómetros.
Panayotópulos aseguró que, al igual que la valla de cemento y alambre de espino instalada en parte de la frontera terrestre con Turquía ha contribuido a reducir las llegadas, espera que las flotantes del Egeo hagan lo mismo.
Grecia sirvió como puerta de entrada a la Unión Europea para más de un millón de refugiados sirios y otros migrantes en los últimos años. Si bien el acuerdo entre la UE y Turquía redujo drásticamente el número de intentos de viaje desde 2016, las islas griegas aún tienen campamentos superpoblados que operan mucho más allá de su capacidad y en condiciones de miseria y hacinamiento. Las llegadas de refugiados por mar en 2019 aumentaron en un 83% respecto al año anterior, hasta acercarse a las 60 000 personas, según datos de ACNUR.
En una entrevista, el portavoz en Grecia de ACNUR, Boris Cheshirkov, ha dicho: “Vemos, en los últimos años, un aumento en la cantidad de barreras que se están erigiendo, pero la gente sigue huyendo. Grecia tiene que tener procedimientos para garantizar que las personas tengan acceso al asilo rápidamente cuando lo necesiten”.
Los medios locales griegos se han mostrado escépticos ante la medida porque las costas del Egeo frente a Turquía, donde las vallas flotantes tendrían que instalarse, tienen centenares de kilómetros y los costes serían millonarios.