En medio del escándalo de espionaje que estalló el jueves entre Rusia y Serbia, aliado histórico de Moscú, a cuenta de un aparente acto de soborno a militares del país balcánico por parte de agentes de la inteligencia rusa, documentado mediante un vídeo publicado en Youtube, el presidente, Vladímir Putin, se apresta a cerrar aún más las filas de su sistema autoritario para cerrar precisamente cualquier vía de influencia extranjera en su propio país.
La medida surge después de que el pasado 1 de noviembre entrara en vigor la ley para crear un “internet soberano”, aislado del resto del mundo y sometido a un control férreo por parte del Estado, mientras expertos han empezado ya a trabajar en una enciclopedia digital rusa que deberá suplantar a Wikipedia.