El Gobierno de Estados Unidos ha firmado este martes por primera vez en 65 años un acuerdo bilateral con Venezuela, y lo ha hecho con enviados del presidente encargado Juan Guaidó, al que el grueso de la comunidad internacional considera único gobernante legítimo del país. El primer punto de ese acuerdo es concederles a los opositores al régimen de Nicolás Maduro 214 millones de dólares (195 millones de euros) para que el nuevo gobierno interino pueda invertir en ayudas sociales a la población.
Con este acuerdo, con pocos precedentes, la Casa Blanca busca que el Gobierno de Guaidó tenga liquidez para poder aplicar programas de ayuda a los venezolanos ante la grave crisis humanitaria que padecen, que ya ha provocado el éxodo de más de cuatro millones de refugiados. El Gobierno de EE.UU. prevé mandar 99 millones de dólares (90 millones de euros) dentro de Venezuela en los próximos días, aunque no ha explicado cómo va a hacerlo.
Según dijo el embajador venezolano en EE.UU., Carlos Vecchio, el acuerdo, en el que estampó su firma, es “histórico”. “Este convenio nos permite fortalecer nuestras capacidades como gobierno interino, fortalecer a la sociedad civil venezolana y luchar por restaurar los derechos humanos”, ha dicho. El presidente encargado Guaidó agradeció al Gobierno norteamericano y a Donald Trump la firma del acuerdo en una conexión grabada por videoconferencia.
La diplomacia norteamericana ha participado activamente en la negociación de este acuerdo, que supone un importante espaldarazo para los opositores prodemocráticos en Venezuela.
“El Gobierno norteamericano ha destacado repetidamente lo importante que la transición a la democracia en Venezuela, pero creemos que es importante ir más allá y asegurarnos que el apoyo internacional a los venezolanos va más allá de reconocer al presidente interino Guaidó”, dijo Carrie Filipetti, vicesecretaria para Venezuela del departamento de Estado norteamericano.
La salida de John Bolton el mes pasado como consejero de Seguridad Nacional de EE.UU. hizo temer a los opositores venezolanos que el cambio de régimen en su país pasaría a un segundo plano en las prioridades de la Casa Blanca. Sina embargo, los diplomáticos estadounidenses al cargo de las políticas sobre Venezuela defienden que este acuerdo es prueba de que seguirán invirtiendo esfuerzos y fondos en conseguir el relevo de Maduro.