Un tribunal francés ha condenado ayer jueves a una hija del rey de Arabia Saudí, la princesa Hassa bint Salman, por ordenar a uno de sus guardaespaldas que agrediese a un obrero que había acudido a realizar unas obras en su piso de lujo de París.
Según la denuncia de la Fiscalía, el obrero, Ashraf Eid, relató ante la Policía gala que el guardaespaldas le maniató, le golpeó con puñetazos y patadas y le obligó a besar los pies de la princesa, de 43 años, que supuestamente acusaba a la víctima de grabarla con su teléfono móvil.
El abogado de la defensa, Emmanuel Moyne, ha criticado ante los medios el dictamen del tribunal, recalcando que “no hubo robo (del teléfono móvil) y no hubo violencia”. “Todas las conclusiones de los investigadores y los certificados médicos demuestran que las acusaciones planteadas por el señor Eid son fantasías”, ha aseverado.
La princesa, que siempre ha negado cualquier abuso, no estaba presente durante la lectura del veredicto.