El juez estadounidense Thomas Hixson, que lleva el caso de extradición del expresidente Alejandro Toledo (2001-2006), le denegó ayer jueves por segunda vez su salida en libertad bajo fianza mientras dura el juicio, en una decisión que se espera sea definitiva.
“Que jure que él personalmente no posee activos no me tranquiliza si la gente a su alrededor sí que los posee”, indicó Hixson, quien describió al exmandatario peruano como un “individuo con conexiones, gente en su entorno con grandes activos y un lugar al que poder huir”.
Este “lugar” al que el juez se refirió es Israel, en el que la fiscalía ha insistido en varias ocasiones como posible destino de Toledo en caso de fuga, ya que su esposa, Éliane Karp, es ciudadana israelí y ese país no tiene un tratado de extradición con Perú.
Precisamente Karp, que asistió como público a la audiencia de este jueves como lo ha venido haciendo desde la primera vez que su esposo compareció, estalló en gritos e insultos al terminar la sesión.
Calificó (presumiblemente a la fiscalía y al juez) de “brujas”, les dijo que están “matando” a Toledo, que serán “responsables de su muerte” y que el juicio “es un chiste”, ante lo que fue expulsada de la sala en medio de gran revuelo por los responsables de seguridad y cayó al suelo durante su salida.
Karp ya había recibido advertencias de uno de los vigilantes de seguridad, ya que en los momentos en los que la fiscalía defendía su posición ante el magistrado emitió varios suspiros muy sonoros y comentarios críticos en voz alta.
Thomas Hixson fijó la próxima vista –la primera del juicio de extradición propiamente dicho– para el 17 de octubre.