Colombia se encuentra en “alerta máxima” desde que Nicolás Maduro ordenó un despliegue militar en los estados fronterizos venezolanos, y el inicio de ejercicios militares desde el martes, y durante 18 días, en un intento por “preservar la seguridad y la paz” en su territorio. Según el líder chavista, su vecino país representa “una amenaza”, por lo que ha dado instrucciones para la instalación de un sistema de defensa de misiles antiaéreo en la frontera.
Las maniobras del Ejército venezolano se realizarán en los estados Zulia, Táchira, Apure y Amazonas, del 10 al 28 de septiembre. Según el régimen, han desplegado más de 3.000 militares en la frontera. Mientras, el presidente colombiano, Iván Duque, le insiste a Maduro en que no gaste el dinero en misiles y “que salga del ejercicio de la dictadura” para que Venezuela recupere la paz.
El meollo de este nuevo conflicto político se debe al vídeo difundido el 29 de agosto en el que disidentes de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaban su retorno a las armas, como una respuesta al Estado colombiano por considerarlo “traidor” al proceso de paz iniciado en 2016. Pero la tensión escaló aún más cuando surgió la denuncia de Duque, al decir que la grabación se hizo en Venezuela.
De inmediato, Duque aseguró que su gobierno se enfrentaría a “una banda de narcoterroristas que cuentan con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro”. Una acusación que se apoya sobre las denuncias que giran en torno al régimen chavista por sus vinculaciones con el narcotráfico, y en las que los nombres de varios altos cargos venezolanos han sido resaltados.
Enfrentamiento militar
Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, ha dicho que combatirá junto con el Gobierno colombiano a la narcoguerrilla, por lo que ha autorizado una búsqueda vía satélite para detectar campamentos armados y las pistas clandestinas usadas para el tráfico de drogas. El martes, dijo que los planes de Maduro son solo “distracción”.
Es mucho lo que se cuestiona sobre si verdaderamente las Fuerzas Armadas venezolanas (FANB) tienen capacidad operativa para defender su país, al igual que los ejercicios militares, unas maniobras que Maduro presume son “las más importantes de la historia”, desde que EE.UU. asomó en febrero la posibilidad de intervenir Venezuela, tras su irreversible apoyo a Juan Guaidó como presidente encargado.
La presidenta de la ONG Control Ciudadano, Rocío San Miguel, dijo a ABC que un enfrentamiento de “esa naturaleza sería un desastre para ambos países. El cálculo de un conflicto entre ambas naciones sería devastador para la historia de Venezuela y Colombia. También para las personas de las fronteras (...) Esto es una escalada que busca disuadir a Colombia y que busca mostrar los dientes de lo que es capaz de hacer Maduro”.
Para la experta en temas militares, los ejercicios en Venezuela se toparon con una respuesta inmediata del Gobierno de Colombia “a partir del anuncio de Iván Márquez (exnúmero dos de las FARC) y un desencadenamiento de temores por parte de Maduro en torno a la posibilidad de las decisiones de la OEA sobre el TIAR y la decisión de Colombia de llevar el caso de Venezuela a las Naciones Unidas”.
Maduro activó el 3 de septiembre la “alerta naranja”, que al principio produjo dudas sobre su significado. Pero fue Diosdado Cabello, el segundo hombre más poderoso dentro del chavismo, quien explicó la medida: “Es el paso en el cual toda la FANB entra en un estado de vigilancia”.