Una nueva tragedia con armas de fuego –en esta ocasión, circunscrita al ámbito familiar más íntimo– sacude a EE.UU. Un chico de 14 años de Alabama mató a tiros a los cinco miembros de su familia.
La historia cambió cuando el chico fue trasladado a dependencias policiales esa misma noche e interrogado sobre lo sucedido. “Había discrepancias en su historia”, aseguró el portavoz de la oficina del Shérif del condado de Limestone, Stephen Young, a la televisión local WAAY31. “Cuando le preguntamos sobre sus familiares confesó que los había matado y que había tirado una pistola de nueve milímetros en los alrededores”.
El arma fue encontrada la mañana del martes con la colaboración del sospechoso.
En el incidente falleció toda su familia inmediata: su padre, su madrastra y sus tres hermanos. Tres de ellos fallecieron en el lugar de los hechos y otros dos, trasladados de urgencia en helicóptero para su atención médica, fallecieron en el hospital.
La matanza se produce poco después de dos casi seguidas en otro estado sureño, Texas, donde a principios de agosto un hombre mató a 22 personas en un centro comercial de El Paso y donde la semana pasada otro atacante abrió fuego desde un coche mientras huía de la policía y acabó con la vida de otras siete personas.