El Telégrafo (Ecuador).– Eran las 22:00 en uno de los lugares más ruidosos del planeta, la icónica plaza de Times Square, en la Séptima Avenida de Nueva York. De repente, el petardeo de una motocicleta sembró el caos: los transeúntes creyeron que eran disparos y huyeron presos del pánico.
La estampida provocó nueve heridos. Sucedió el martes 6 de agosto en la noche, apenas tres días después de que dos hombres terminaran con la vida de 31 personas en Dayton (Ohio) y El Paso (Texas).
Un incidente que constata la angustia colectiva de ciudadanos de Estados Unidos por causa de la interminable sucesión de tiroteos masivos, considerados actos terroristas en el país. En lo que va de 2019 se contabilizan 254 ataques contra la población civil en Estados Unidos, de acuerdo con el Archivo Sobre Violencia con Armas.
Por su parte, la revista Time indica que en diversos ataques terroristas murieron 62 personas. Aunque las autoridades se esfuerzan por mantener la calma, lo cierto es que la mayoría de los adultos de Estados Unidos viven agobiados por los tiroteos masivos y exigen seguridad.
“Las víctimas del terrorismo luchan para que se escuchen sus voces, se apoyen sus necesidades y se respeten sus derechos. Sin embargo, a menudo se sienten olvidadas y abandonadas”, menciona António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que fijó este 21 de agosto como el Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo.
“El clima nacional tras los incidentes tiene a la nación al límite y los niveles de ansiedad de los ciudadanos son más altos de lo normal”, admite Sid Gautreaux, sheriff del este de Baton Rouge. Una encuesta realizada por la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), a 2.017 adultos en la primera quincena de agosto, indica que más de las tres cuartas partes de los ciudadanos (79%) en el país experimentan estrés como resultado de la posibilidad de un tiroteo masivo.
Además, muchos adultos (24%) cambiaron su comportamiento por temor a los tiroteos masivos. Uno de cada tres adultos (32%) siente que no puede ir a ningún lado sin preocuparse de ser víctima de un atentado, mientras que casi el mismo número (33%) indica que el miedo impide ir a ciertos lugares o eventos.
El temor constante también se ve reflejado en las redes sociales, en las cuales decenas de usuarios confiesan que sienten miedo de acudir a un evento concurrido o simplemente dejar a sus hijos en el colegio. La sensación de peligro los obsesiona con buscar la salida de emergencia más cercana en conciertos, festivales, incluso salas de cine.