Clarín (Argentina).– “Hay personas dentro y fuera de la Iglesia que quieren que el Papa Francisco renuncie, pero el pontífice no lo hará”. Firmado padre Arturo Sosa, venezolano, el prepósito general de la Compañía de Jesús, conocido popularmente desde hace siglos como el “Papa negro”.
El complot ultraconservador apunta, si no hay renuncia, a “incidir en la elección del próximo pontífice, creando las condiciones para que el próximo Papa no continúe profundizando el camino que Francisco ha indicado y emprendido”.
Para el padre Sosa, superior de los 18 mil jesuitas de la orden fundada en el siglo XVI por san Ignacio de Loyola en Paris, “es en cambio esencial que este camino continúe según la voluntad de la Iglesia, expresada claramente en el Concilio Vaticano II, del cual Francisco es hijo legítimo y directo.
En Estados Unidos floreció el complot más importante y en Francia se está vendiendo con gran éxito un ensayo escrito por el periodista del órgano católico “La Croix”, que se titula “Como la América quiere cambiar al Papa”. El libro reasume los ataques de los últimos tres años contra Bergoglio.
El “Papa negro” habló en Rimini en el mitin del Movimiento Comunión y Liberación, y durante su intervención señaló la nostalgia de la Iglesia europea por “un pasado idealizado, como si la sociedad en Europa fuera una sociedad cristiana perfecta”.
“La gente vive nostálgicamente por un pasado que nunca existió. En Estados Unidos, en cambio, se centran en la inculturación”.
El padre Sosa destacó que “el cristianismo no es una religión íntima, solo se puede vivir en comunidad”. “El Espíritu Santo nos habla hoy a través de los jóvenes. Todos estamos llamados a acercarnos a ellos”.
Citando a Bergoglio, el jefe de los jesuitas dijo que “el futuro de la humanidad pasa por la inclusión social de los pobres”. “Pero eso no se hace desde afuera, es una condición para caminar juntos. Debemos acercarnos a los pobres, adquirir su mirada en la vida”.
En cuanto a la secularización de la sociedad, considerado por los conservadores una causa fundamental del alejamiento de los laicos de la Iglesia, sobre todo los jóvenes, el padre Sosa afirmó que “si lo leemos como un signo de los tiempos quizás sea un signo de esperanza y no de desesperación”. “La sociedad secular es quizás el nuevo espacio para vivir y difundir nuestra fe”.