Cuando tenía solo 19 años, la exvocalista de “La Oreja de Van Gogh”, Amaia Montero, posó vestida de rojo para la reconocida revista de música “Rolling Stone”. Por ese entonces, su segundo álbum de estudio “El viaje de Copperpot”, alcanzó un gran éxito mundial, que le mereció el premio al Mejor Artista Español en los MTV Europe Music Awards.
Veinte años han pasado pero Amaia todavía conserva su esencia. Tras presentarse en el 2008 como solista, su primer disco fue lanzado a la venta en noviembre de ese año, logrando vender más de 40 mil copias tan solo en la primera semana. Hoy, la cantante presenta “Nacidos para creer”, una nueva producción repleta de canciones con mensajes potentes y condimentado con “más picardía” que sus trabajos anteriores. Montero habla sobre su regreso al Perú y su evolución como cantante.
Háblanos sobre tu nuevo disco, “Nacidos para creer”.
Yo lo denomino como un “striptease emocional”, me desnudo completamente al igual que en otros discos. El striptease lo haces con más picardía porque, la verdad, cuando compuse este disco estaba cumpliendo 40 años y esa crisis de la que tanto se habla yo la viví. Quizás ves las cosas de otra manera y sacas conclusiones. Entonces es un disco que habla del amor a uno mismo: hay una canción llamada “Me equivoqué” que habla de los errores y tiene un mensaje muy potente. Es un disco que, más que hablar del amor –aunque hay canciones de amor, claro– es personal, de uno mismo.
Trabajaste para este disco con tu hermana Idoia Montero.
Ha sido un placer escribir con ella, que acaba de sacar un libro de poesía llamado “En pleno baile” (lo recomiendo a todo el mundo). Y bueno, la verdad es que es muy especial escribir con ella porque nos llevamos 10 meses, entonces nos conocemos a la perfección. Somos distintas pero ella aporta su parte y yo aporto la mía. Por ejemplo, para “Vistas al mar” –que es una canción preciosa– hablamos sobre lo que veíamos y cómo nos sentíamos. Es toda una experiencia hacer una letra compartida con alguien tan cercana.
Regresas al Perú después de 10 años.
Yo lo que voy es a entregarme en cuerpo y alma para mi público peruano que es tan cariñoso y tan maravilloso, porque los recuerdos que tengo… fíjate que el primer concierto –mi primera gira en solitario– la hice en Cusco y han pasado ya 10 años. Ha sido mucho tiempo, pero eso también hace que uno tenga una emoción especial por reencontrarme con mi público peruano. De esta entrega e ilusión son testigos tus fans uruguayos… se vendieron todas las entradas de tu concierto allá.
Sí, en Uruguay también hay un público maravilloso... el ‘sold out’ siempre es un orgullo, la verdad. Fue un concierto realmente inolvidable, la verdad es que me quieren mucho en Latinoamérica. Cada concierto es distinto: por más que sea el mismo repertorio, siempre se crea una energía diferente entre los que estamos en el escenario y los que están viendo el show. A mí me gustaría hacer una fiesta y que la gente se olvide de todo, de lo malo y hasta de lo bueno. Las canciones traen recuerdos y voy a hacer un repaso por estos 20 años; quiero que sea algo especial en la mente y en la vida de la gente, una especie de desconexión para entregarse a algo que espero que les guste, eso es lo que quiero conseguir cuando vaya a Lima.
En el 2000 fuiste portada de la revista “Rolling Stone”. ¿Cuánto has evolucionado en todos los años que has pasado haciendo música?
La Amaia de esos años tenía 19 y la que te habla tiene 42. ¿Cómo soy? En esencia la misma, porque tengo un carácter y una personalidad muy marcada pero claro, uno va evolucionando, han pasado 20 años y evolucionas, avanzas, retrocedes, te equivocas, aciertas.
Este carácter fuerte te ha llevado a pronunciarte sobre causas importantes, como lo es la lucha por la prevención del cáncer de mama.