Internacional
Publicado el Sábado, 08 de Junio del 2019

México hace un gesto a EEUU con el envío de 6.000 efectivos

Agentes de la Guardia Nacional vigilan la documentación de los migrantes, en Tapachula, en México.
 El Mundo (México).– “Estamos haciendo todo lo que corresponde”, ha asegurado el presidente López Obrador, durante su última conferencia de prensa, en referencia al despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur. Esta decisión, unida a la detención de dos personas que presuntamente traficaban con migrantes, son las últimas cartas con las que México confía disuadir a Donald Trump de su intención de establecer aranceles del 5% a los productos mexicanos a partir del próximo lunes.
 
El presidente mexicano ha lamentado que se mezclen asuntos comerciales con la resolución de una crisis migratoria que, según él, debe pasar por un esfuerzo conjunto, de EEUU y México, en los países de origen. De hecho, y aunque ahora López Obrador reconozca que es “lo que corresponde”, el despliegue de la recién creada Guardia Nacional en la frontera sur nunca entró en los planes del presidente. Su estrategia, que ya cuenta con el apoyo de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) y de los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, aspira a que Estados Unidos y México destinen al menos 10.500 millones de euros para financiar proyectos de desarrollo en el Triángulo Norte de Centroamérica, así como en los estados mexicanos de Chiapas y Oaxaca.
 
En paralelo a estas inversiones, López Obrador abre las puertas del sur del país a aquellos centroamericanos que quisieran trabajar en México, con la entrega de visas temporales de tránsito y trabajo. No obstante, estos permisos tenían trampa, ya que limitaba sus movimientos a los estados de Chiapas y Oaxaca, provocando un tapón que estos días tratan de romper los centroamericanos organizados en caravanas.
 
En su programa electoral, López Obrador confirmó su apuesta por enderezar el rumbo económico de estos dos estados (los más pobres del país y donde se concentra mayor población indígena), con la construcción de grandes proyectos de infraestructura. A pesar de las inversiones, la población local ha sido muy crítica con la decisión del presidente, ya que consideran que la llegada de tantos centroamericanos está provocando una bajada en los salarios, de la que López Obrador se quiere beneficiar abaratando los costes de sus proyectos de infraestructura.
 
 
EL EFECTO LLAMADA
 
Desde la llegada de López Obrador al poder, las deportaciones desde México se han triplicado. En Estados Unidos la situación no es diferente: el pasado mes de mayo se arrestó a 144.000 migrantes, la cifra más alta en 13 años.

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