El País (España).– El caso Lava Jato, una investigación de corrupción que empezó hace cinco años en un anodino lavacoches de Brasilia y hoy incluso tiene una serie en Netflix, ha tumbado a un segundo expresidente de Brasil.
Michel Temer, 78 años, de centroderecha, ha sido detenido en São Paulo este miércoles, tres meses después de dar el relevo a su sucesor y perder la inmunidad. El juez le acusa de “liderar una organización criminal que recibía sobornos”. Esta megatrama ya hundió al izquierdista Lula da Silva, encarcelado hace casi un año.
El arresto de Temer, que el 1 de enero entregó el poder al ultraderechista Jair Bolsonaro, ha causado conmoción. En menos de un año Brasil ve hundirse a un segundo presidente en un caso cuyas sospechas han salpicado a otros predecesores.
Ellos son la cúpula de unos 150 poderosos políticos y empresarios que han sido condenados en 50 procesos judiciales a penas que suman 2.242 años, según el detallado balance que tuiteó este fin de semana uno de los fiscales. El dinero devuelto a Petrobras suma 2.500 millones de reales (560 millones de euros). La detención del anterior mandatario refuerza el mensaje a la clase política brasileña de que nadie está a salvo. El presidente Bolsonaro se ha referido a la noticia del día a última hora de la tarde, cuando partía en visita oficial a Chile: “Que cada uno responda por sus actos, la justicia nació para todos”.
Temer salió custodiado por policías federales armados con fusiles de su casa de São Paulo y fue trasladado al aeropuerto internacional, desde donde fue trasladado en avión a Río de Janeiro, la ciudad desde donde el juez Marcelo Bretas dirige este capítulo de la Lava Jato. El acusado ha calificado su arresto de “barbaridad” al responder desde el coche policial que le llevaba al aeropuerto la llamada de un periodista brasileño.
El juez acusa a Temer de encabezar “una organización criminal” acusada de desviar unos 1.800 millones de reales (450 millones de euros) destinados a la construcción de la central nuclear Angra 3 en Río de Janeiro, informa María Martín. Otras siete personas han sido detenidas, incluido el exministro Moreira Franco.
Tras conocerse el arresto, la Bolsa de São Paulo ha caído un 2,5% y el real se ha depreciado respecto al dólar porque coloca de nuevo la Lava jato en el centro del panorama político precisamente cuando comienza el trascendental debate sobre la reforma del insostenible sistema de pensiones, el asunto más urgente para los inversores, que confían en Bolsonaro.
La división de análisis de la empresa de inversiones XP evalúa así la situación: “Un ambiente más turbio en el Congreso no tiene por qué ser bueno para la reforma de las pensiones. Los jueces y los fiscales que hoy arrestan a Temer son los mismos sectores que, junto con otros de la élite del funcionariado, harán una dura presión contra la reforma en el Congreso. Cuanto más se empoderen fuera, más poder de fuego tendrán dentro (del Congreso)”, según la nota enviada a su clientela.