Internacional
Publicado el Jueves, 14 de Marzo del 2019

Cardenal fue condenado a seis años de prisión por pederastia

George Pell fue uno de los hombres más cercanos al papa Francisco.
El Mundo (España).– El cardenal australiano George Pell, ex responsable de las Finanzas vaticanas, ha sido condenado en primer grado a seis años de cárcel por abusos sexuales a dos menores cometidos en la década de 1990. Es el miembro de más alto rango de la Iglesia católica en ser condenado por pederastia.
 
George Pell, quien fuera uno de los hombres más cercanos al papa Francisco, ex responsable de la Secretaría para la Economía del Vaticano y miembro del consejo de cardenales que aconsejan al pontífice para la reforma de la curia hasta diciembre, asistió este martes a la lectura de la sentencia en el Tribunal del Estado de Victoria.
 
El cardenal se enfrentaba a una pena de hasta diez años por cada uno de los cinco delitos que se le imputan pero finalmente fue condenado a seis años por abusos a menores. Cumplirá tres años y ocho meses en una prisión de máxima seguridad australiana, donde actualmente permanece aislado 23 horas al día, antes de poder pedir la libertad condicional.
 
Pell ha escuchado durante casi una hora la reconstrucción de los hechos hecha por el juez Peter Kidd, que ha calificado como “crímenes odiosos” los abusos sexuales cometidos por el entonces arzobispo contra dos niños del coro de 12 y 13 años –cuyas identidades se han mantenido anónimas– después de una misa celebrada en la catedral de St Patricks en Melbourne en 1996. Y una segunda agresión sexual contra una de las víctimas cometida pocos meses después en presencia del otro menor, delitos de los que Pell se declara inocente.
 
Durante la lectura de la sentencia, el magistrado dijo que los abusos contra los dos menores, vistiendo aún los atuendos religiosos oficiales, supusieron “un ataque sexual descarado y forzado contra las víctimas”. El juez remarcó que Pell era consciente de sus actos e incluso no reaccionó cuando uno de los niños le pidió que los dejara ir.
 
La sentencia fue transmitida en directo en Australia en nombre de la “justicia abierta”.
 

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