Hay una enfermedad que nos hace dormir en cualquier lado. Más bien nos obliga a cerrar los ojos para descansar. La somnolencia diurna, espasmos musculares y aumento de peso, estos son algunos de los síntomas.
En muchos casos se puede confundir con epilepsia o depresión. Un diagnóstico correcto puede tardar hasta diez años después de la aparición de los primeros síntomas. Esta enfermedad que nos obliga a dormir tiene un fuerte impacto social y personal.
La narcolepsia se puede definir como “un trastorno del sueño, de carácter crónico y de origen neurológico con alteración de la regulación y caracterizada por excesiva somnolencia diurna y manifestaciones anormales del sueño REM”. Es una enfermedad muy rara. Existen solo 20 o 30 casos por cada cien mil habitantes.
Los especialistas tienen una nueva herramienta para reconocer la narcolepsia. Se trata de las “red flags” o banderas rojas. Son mecanismos de alarma identificados por científicos.
Giuseppe Plazzi es docente de neurología en la Universidad de Bolonia y presidente de la Asociación Italiana de Medicina del Sueño. Él explicó que “se trata de una enfermedad rara en la que células producidas de manera anormal por el propio sistema inmunológico que destruyen neuronas indispensables para el mantenimiento de la vigilia activa”.
Plazzi indicó que esta enfermedad no disminuye la esperanza de vida. Tampoco provoca otras patologías neurodegenerativas. Sin embargo no desaparece nunca. Se puede tratar con fármacos sintomáticos. “Una gran novedad en este campo es la posibilidad de reemplazar la sustancia que se pierde en el cerebro con una de síntesis”, explicó.
Esta enfermedad que nos hace dormir en cualquier lado es muy compleja. Los síntomas son simples. Pero el más notorio es el sueño constante a lo largo del día y sus consecuencias se evidencia en la falta de concentración.