Fiestas como las que se avecinan suelen ser de mucha significación familiar y social. De un lado la celebración del nacimiento de Jesús para el mundo cristiano, festividad que suele congregar a la familia en torno a la cena de noche buena, para compartir nuestros mejores deseos generalmente traducidos en presentes.
Así mismo recibir el nuevo año trae sus rituales y suele propiciar un espacio para evaluar los logros obtenidos, las experiencias vividas, positivas o no, y el aprendizaje que nos dejaron. Es también oportunidad de plantearnos nuevos retos y mirar con optimismo el año que comienza.
Durante estas celebraciones además de los sentimientos solidarios también se presentan emociones de tristeza que son generadas por un cuadro de depresión.
La experiencia nos indica que en esta época del año suelen aumentar los problemas psicológicos, muchos de ellos con incidencia en la salud física. Para lidiar con todas las emociones que vivimos durante fiestas,w el doctor David Jáuregui, director de la Escuela de Psicología de la universidad Wiener comparte algunas recomendaciones como el disfrutar de la familia y los amigos, especialmente los que no se ven con tanta frecuencia. Observar el lado bueno de toda experiencia positiva o negativa, expresar los sentimiento, pensar que los momentos compartidos con los seres amados serán inolvidables y ayudarán a superar momentos difíciles.