Trump revela que las Fuerzas Armadas hasta han interceptado tres narcosubmarinos.
Desde que el 1 de abril se embarcaron en la mayor operación contra el tráfico de narcóticos en el continente americano, las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos se han incautado de 120 toneladas de droga —incluidas 70 toneladas de cocaína, con un valor estimado de mercado de casi 2.000 millones de dólares, o 1.700 millones de euros— y han arrestado a más de un centenar de personas. En mayo, hasta se incautaron de tres submarinos fletados por cárteles y cargados de droga, según dijo ayer el presidente Donald Trump durante una visita al Comando Sur en Florida.
«No habrá piedad para con los cárteles de la droga», dijo el presidente Trump durante su visita a Florida, en la que no llevó máscara a pesar de que los contagios del coronavirus se han disparado en ese estado. «El mensaje que tenemos para estos criminales es claro.
No amenacen a nuestra población. No traten de intoxicar a nuestros menores. No se infiltren en nuestras fronteras. Si lo hacen, les vamos a encontrar, y si tienen suerte les pondremos entre rejas. Los resultados de nuestras primeras operaciones han sido ya excelentes».
Pocas veces ha autorizado la Casa Blanca un despliegue militar de la magnitud del anunciado por Donald Trump en abril, y que sigue en pie.
Son miles de soldados estadounidenses los desplegados en el Caribe y el Pacífico, en una operación contra el narcotráfico en la que participan principalmente la Armada, la Fuerza Aérea y la Guarda Costera. Se trata de un complejo dispositivo para interrumpir tres rutas de la droga: de Venezuela a las islas del Caribe y a Centroamérica, y de Colombia a Centroamérica.
Uno de los objetivos de este despliegue es el régimen de Venezuela, a cuya cúpula la Fiscalía estadounidense le ha imputado varios delitos de narcotráfico y pertenencia a banda armada. Según dijo en su día el jefe del Pentágono, Mark Esper, «el régimen de Maduro depende de los ingresos de la venta de drogas para mantener su represión desde el poder. La ciudadanía de Venezuela sufre terriblemente por las prácticas represivas de Maduro».
Según la Casa Blanca, a esta operación contra los narcóticos se han sumado soldados de 22 países aliados de EE.UU. La vigilancia aérea ha aumentado en un 75%, y el patrullaje en alta mar, un 65%. Participan en el dispositivo destructores, buques de guerra, cazas y helicópteros de la Armada; diez buques tipo ‹cutter› de la Guarda Costera, y aviones de vigilancia de la Fuerza Aérea. La Armada ha movilizado sus Boeing P-8 Poseidon, preparados para guerra antisubmarina. Proceden de los comandos del Pacífico y Europa, y de la base naval de Norfolk, en Virginia.
Durante su visita, el presidente preguntó a los altos mandos militares que le acompañaban qué se hacía con la droga incautada. «¿Qué hacemos con esa droga? ¿La echamos al mar, la explotamos?», preguntó el presidente. Uno de los uniformados que le acompañaba le respondió que esa droga se quema. «¿Se quema? Muy bien, me parece lo mejor. La quemamos entonces», dijo después Trump.
Según datos de la sanidad de Estados Unidos, cada año mueren en este país más de 70.000 personas de sobredosis y otros problemas relacionados con el narcotráfico. La epidemia de consumo de analgésicos está directamente relacionada con el reciente aumento del número de heroinómanos. La Casa Blanca ha entablado también negociaciones con los Gobiernos de China y México para intentar reducir el tráfico de heroína, fentanilo y otras sustancias desde sus mercados de origen.