El espárrago o “Asparagus officinalis” pertenece a la familia de las Asparagaceae. Es una planta perenne cuyo cultivo dura alrededor de 8 a 10 años. Desde su delicado sabor hasta sus propiedades nutricionales hacen que los espárragos sean considerados como un producto estrella para introducir en nuestra alimentación.

Propiedades nutricionales de los espárragos

Los espárragos son un alimento muy rico en agua, con un 92,8 % de su contenido, por lo que cabe esperar que su valor energético sea muy bajito, con tan solo 24 Kcal por 100 gramos. De ahí que sea un aliado estupendo en dietas de adelgazamiento, detalla la dietista nutricionista Elisa Escorihuela Navarro.

Pero no solo la energía es lo que cuenta, su contenido en fibra nos va a ayudar a mejor el tránsito intestinal. Se trata de un alimento muy saciante.

Si una propiedad debemos destacar del espárrago es su poder diurético, eso sí, matizando que hablamos de espárragos frescos, ya que los que son en conserva van a contener más sal que puede producir el efecto contrario.

Los espárragos son ricos en asparagina, un aminoácido con propiedades diuréticas que junto con el potasio nos pueden ayudar a reducir la retención de líquidos e incluso mejorar la presión arterial.

La presencia de folatos hace que los espárragos sean un alimento muy interesante para las mujeres que quieren quedarse embarazadas o que ya lo están.

También es destacable las características antioxidantes de los espárragos verdes. La presencia de betacarotenos y luteína le confieren un carácter antioxidante, de manera que reducen el envejecimiento celular.

La diferencia fundamental entre los espárragos blancos y los verdes es la presencia de clorofila en los últimos. Según se cultiven los espárragos estos pueden cubrirse de tierra, por lo que quedan a oscuras y no han desarrollado la función clorofílica.

También existe un tipo de espárrago morado que se caracteriza por la presencia de antocianinas que le otorgan dicho color. (Las antocianinas también están presentes en frutas como la remolacha, berenjena, frambuesa…

¿Por qué huele tan mal?

La culpa de este olor tan desagradable la tiene un componente del espárrago llamado ácido asparagúsico, que cuando se metaboliza produce metanotiol y l S-metil tioéster, compuestos volátiles con un olor característico y nada agradable.