El Reino Unido salió oficialmente de la Unión Europea (UE), un momento histórico durante mucho tiempo incierto y que, con júbilo para unos y tristeza para otros, abre la página de un nuevo futuro en solitario.
“Esto no es un final sino un comienzo”, dijo el primer ministro Boris Johnson en un mensaje a la nación.
“Sé que podemos convertir esta oportunidad en un éxito impresionante”, agregó el hombre que, poniendo fin a años de crisis política que acabó con la carrera de sus dos predecesores, David Cameron y Theresa May, se apuntó una enorme victoria personal.
Un reloj proyectado en la fachada de Downing Street marcó la cuenta atrás hasta el momento en que, por primera vez en su historia, la UE perdió un miembro y ganó un poderoso competidor a sus puertas.
“Queremos que este sea el comienzo de una nueva era de cooperación cordial”, aseguró Johnson, quien organizó una recepción en su residencia oficial con vino espumoso británico y pequeños bocados de gastronomía puramente inglesa.
En Bruselas, se arrió la bandera británica que ondeaba frente al Consejo Europeo.
Sin embargo, la fecha es sobre todo simbólica porque, durante el periodo de transición previsto hasta finales de diciembre, casi nada cambiará.
JÚBILO Y LÁGRIMAS
Con gritos de júbilo, una marea humana de partidarios del Brexit celebró una gran fiesta frente al Parlamento de Westminster, que durante tres años fue escenario de acalorados debates sobre la cuestión más importante y divisiva en la historia reciente del país.
“Somos una nación soberana, somos británicos y no nos gusta que nos dicten lo que tenemos que hacer”, dijo John Moss, de 44 años, director de una empresa de contratación.
Horas antes, cerca de allí, algunas personas habían quemado una bandera europea.
A pocos metros, los detractores del Brexit, entre ellos jóvenes que no votaron en el referéndum de 2016 y ahora ven su futuro truncado, vertieron sus lágrimas.
El momento se vivió especialmente mal en Escocia, nación semiautónoma que votó muy mayoritariamente contra el Brexit.
En Irlanda del Norte, donde se teme que el Brexit desestabilice la frágil paz que puso fin a tres décadas de sangriento conflicto, los eurófilos levantaron en Belfast una gran pancarta que decía: “Esta isla rechaza el Brexit”.