Un portavoz del Poder Judicial de Irán ha anunciado que “algunas personas” han sido detenidas en relación con el derribo del avión Boeing 737 de Ukraine International Airlines que acabó con la vida de 176 personas el 8 de enero, ha informado la agencia de noticias iraní IRNA.
El 8 de enero un avión Boeing 737 de Ukraine International Airlines se estrelló poco después de despegar del aeropuerto internacional Imán Jomeini. En un primer momento, las autoridades de la República Islámica aseguraron que la aeronave había sufrido un accidente, pero el 11 de enero reconocieron que había sido derribada por un misil lanzado por un “error humano” por la Guardia Revolucionaria iraní.
Por cuarto día consecutivo, han continuado las manifestaciones en las universidades. El centro de Teherán está tomado por la policía, aunque de momento no hay confirmación de incidentes graves. Al menos tres conocidos presentadores de la televisión estatal han dimitido tras lo que la Asociación de Periodistas de Irán ha calificado de “funeral para la confianza pública”. También varios artistas han anunciado que no van a participar en el festival anual de cine Al Fajr a principios del mes que viene.
Significativamente, Esmaili sí que ha precisado los detenidos, 30, por participar en esas “concentraciones ilegales” (sólo son legales las que organiza el régimen). Incluso si el derribo del avión fue un error, los manifestantes, la mayoría estudiantes universitarios, se preguntan cómo es posible que las autoridades no suspendieran el tráfico aéreo civil. Después de haber disparado una veintena de misiles hacia posiciones de EE. UU. en Irak en venganza por el asesinato del general Qasem Soleimani, lo mínimo que se podía esperar era una respuesta.
El propio presidente Hasan Rohani parece consciente de la escasa credibilidad del sistema. “La responsabilidad recae en más de una persona (…) también hay otros que deben ser castigados”, ha dicho sin elaborar. En su opinión, que el Gobierno admitiera que las fuerzas iraníes habían derribado el avión “es un buen primer paso”.
En paralelo a los esfuerzos del presidente por guardar las formas, el régimen está moviendo sus fichas para proteger a la Guardia Revolucionaria. “Me temo que traman una nueva versión del derribo”, confía un analista iraní. Por un lado, se ha confirmado la detención de quien grabó el vídeo en el que se veía el momento del impacto del misil con el avión y que fue difundido por la mayoría de los medios internacionales.
Por otro, la Oficina de Prensa Extranjera del Ministerio de Cultura y Orientación Islámica ha distribuido entre los corresponsales de medios internacionales un informe elaborado por la Universidad de Teherán según el cual “Estados Unidos hackeó el sistema antimisiles”, atribuye el derribo del avión a “un complot para reducir el impacto mediático de la respuesta iraní al asesinato del general Soleimani” y descarta el error humano.
Mientras, los basiyís se han concentrado hoy en varias universidades para “conmemorar a las víctimas”, en un intento de apropiarse de las manifestaciones estudiantiles que desde el pasado sábado denuncian la falta de transparencia de las autoridades.