Enfrascados durante los últimos meses en una toma y daca sin tregua en torno al Brexit, los líderes de Alemania, Francia y Reino Unido, las tres potencias europeas firmantes del pacto nuclear con Irán han dejado atrás rencillas pasadas para lanzar un mensaje nítido a Teherán en plena crisis por el asesinato del general Qasem Soleimani.
La petición llega horas después de que Teherán anunciara que dejará de respetar sus compromisos del acuerdo nuclear firmado con seis potencias globales en 2015 y mostrara su intención de sobrepasar los límites de enriquecimiento de uranio que marca el pacto.
El tratado languidece desde la salida de EE. UU. a mediados de 2018, que conllevó la reactivación de fuertes sanciones contra Irán, pero la muerte de Soleimani puede suponer el golpe de gracia y acelerar la expansión de las armas nucleares en Oriente Próximo.
Ante la inquietud desatada por la anunciada venganza del régimen iraní al ataque estadounidense a uno de sus hombres fuertes, el texto llama a ambas partes a iniciar una desescalada, el mismo mantra que repiten las autoridades comunitarias desde el inicio de las hostilidades.
En ningún momento se menciona expresamente a Estados Unidos, y se muestran especialmente críticos con el régimen iraní. “Hemos condenado los recientes ataques contra las fuerzas de la coalición en Irak y estamos muy preocupados por el papel negativo que Irán ha jugado en la región, incluyendo a la Guardia Revolucionaria y su unidad Al Quds bajo el mando del general Soleimani”, afirman.
La referencia a la influencia perniciosa del militar iraní, asesinado el viernes en un ataque con drones estadounidenses y elevado al estatus de héroe nacional incluso fuera de las fronteras de su país, supone un guiño a Washington en un momento de máxima tensión.
Los mandatarios de las tres mayores potencias de la UE estiman que la crisis puede tirar por la borda años de trabajo en la estabilización de Irak, y amenaza con distraer esfuerzos de la batalla en la zona contra el grupo yihadista Estado Islámico, considerada la gran prioridad, después de que el Gobierno y el parlamento iraquíes exigieran a las tropas estadounidenses que abandonen el país.