El líder norcoreano, Kim Jong-un, ha dicho que no ve razón para mantener la moratoria autoimpuesta por Pionyang sobre pruebas nucleares y de misiles de largo alcance para favorecer el diálogo con EE.UU. y advirtió que desplegará pronto una “nueva arma estratégica”.
Las palabras de Kim, pronunciadas en la cuarta y última sesión del plenario celebrada el martes y reproducidas ayer miércoles por la agencia estatal KCNA, suponen un importante revés para las atascadas negociaciones sobre desnuclearización.
No obstante, el mariscal norcoreano, que este año optó por no pronunciar un discurso de Año Nuevo en favor de que la propaganda publicara su alocución en la asamblea, no cerró completamente la puerta al diálogo al decir que Pionyang potenciará su capacidad nuclear dependiendo de la “futura actitud de EE.UU.” hacia su país.
Kim afirmó que Washington ha respondido a la moratoria del régimen con ejercicios militares llevados a cabo conjuntamente con Seúl y con nuevas sanciones. “Bajo semejantes condiciones, ya no hay fundamento para nosotros en lo que se refiere a mantener este compromiso unilateral (de suspender pruebas de armas) durante más tiempo”, aseguró ante las élites del partido único norcoreano.
“Los actos hostiles y la amenaza nuclear contra nosotros van en aumento”, advirtió Kim, que aseguró que “el mundo será testigo de una nueva arma estratégica que estará en posesión de la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial del país) en un futuro cercano”.