El gobierno de Chile y la oposición acordaron una hoja de ruta para dotar al país de una nueva Constitución, mediante un plebiscito de entrada que preguntará a la ciudadanía si quiere una nueva Carta Magna y, en caso afirmativo, qué fórmula constituyente prefiere.
El plebiscito de entrada resolverá dos preguntas. En la primera, los ciudadanos tendrán que responder si quieren una nueva Constitución o no.
En la segunda tendrán que pronunciarse sobre qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución, una “convención mixta constitucional”, compuesta al 50 por ciento por parlamentarios y por ciudadanos electos para la ocasión; o una “convención constitucional”, por la que todos sus integrantes serán electos para este efecto.
La elección de los miembros de ambas instancias se realizará en octubre del 2020 conjuntamente con los comicios regionales y municipales bajo sufragio universal.
El órgano constituyente que se elija deberá aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas por un quorum de dos tercios de sus miembros.
Una vez redactada la nueva Carta Magna será sometida a su ratificación en otro plebiscito mediante sufragio universal obligatorio.
Acuerdo por la paz
El acuerdo, bautizado como “Por la paz social y la nueva Constitución”, atiende a la “grave crisis social y política” que vive el país, “a la movilización de la ciudadanía” y al llamado que hizo este martes el presidente Sebastián Piñera, tras una jornada de alta agitación y graves hechos de violencia, por la unidad para alcanzar la paz, la justicia social y la nueva Constitución, según recoge el documento.
El pacto fue anunciado a las 02:24, hora local (05:24 GMT), y se logró tras dos largas jornadas de conversaciones entre las fuerzas políticas oficialistas y las opositoras, a excepción del Partido Comunista y la Federación Regionalista Verde Social, que no quisieron participar.