Fue una escena que paró el tiempo en los juzgados de Dallas. Brandt Jean, de 18 años, y Amber Guyger, de 31 años, se levantaron de su asiento y caminaron hasta el centro de la sala, delante de la jueza, para fundirse en un abrazo que duró medio minuto. El día anterior, Guyger había sido declarada culpable de matar al hermano de Jean.
El caso se enmarcó dentro de la sucesión de muertes de negros desarmados a manos de policías blancos. Guyger fue expulsada de la policía y, esta semana, un jurado de Dallas la declaró culpable de homicidio. Sin embargo, en la imposición de condena, fue muy indulgente. En Texas, el homicidio tiene una pena de entre cinco y 99 años de prisión. La fiscalía pidió para ella no menos 28 años de prisión. El jurado le impuso una pena de diez años. En cinco años, si tiene buena conducta, podrá pedir la libertad condicional.
El contrapunto lo puso Brandt Jean. El hermano de la víctima subió al estrado para hacer una declaración sobre impacto en los familiares y dejó a todos boquiabiertos. “No voy a decir que espero que te pudras y mueras, como le ha pasado a mi hermano”, dijo mirando a Guyger. “No iba a decir esto delante de mi familia ni de nadie, pero ni siquiera quiero que vayas a la cárcel. Quiero lo mejor para ti, porque eso es lo que Botham hubiera querido”, dijo sobre su hermano, un predicador muy activo y querido en su comunidad.