El Mundo (Hong Kong).– Corea del Norte lanzó este viernes dos nuevos misiles en lo que constituye el sexto ensayo de este tipo desde el pasado 25 de junio, fecha en la que Pyongyang comenzó a intensificar sus desplantes militares hacia Estados Unidos y su presidente Donald Trump.
Los cohetes fueron disparados poco después de las 8.00 horas, hora local, y recorrieron cerca de 230 kilómetros antes de caer al mar, según informó el Estado Mayor del ejército de Corea del Sur.
La prueba militar coincidió con un duro mensaje del liderazgo norcoreano que desechó de plano cualquier reanudación del diálogo con sus vecinos sureños tras el llamamiento en este sentido del presidente surcoreano Moon Jae-In, que se vio obligado a convocar una reunión de emergencia de sus principales asesores tras este último gesto de Pyongyang.
“No tenemos nada más que hablar con las autoridades surcoreanas ni tenemos intención de volver a sentarnos con ellos”, afirmó el llamado Comité para la Reunificación de Corea del Norte en un comunicado difundido por los medios estatales.
Moon Jae In aprovechó el aniversario del final de la ocupación japonesa de la Península de Corea tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial para difundir un mensaje conciliatorio hacia Pyongyang, pero tras el nuevo ensayo advirtió que este tipo de gesticulación puede llevar a una nueva “escalada de tensión militar” en la zona.
El pasado mes de julio Pyongyang anunció que había completado la fabricación de un nuevo tipo de submarino, que según expertos como Ankit Panda podría estar capacitado para disparar misiles nucleares lo que colocaría a las fuerzas armadas norcoreanas en un nivel que han alcanzado hasta ahora muy pocos países del orbe.
Ese mismo mes, el ministerio de Exteriores del país asiático amenazó con reactivar sus ensayos nucleares ante la decisión de EEUU y Corea del Sur de reiniciar asimismo sus maniobras militares conjuntas.
Corea del Norte no realiza ningún lanzamiento de misiles intercontinentales o pruebas atómicas desde finales de 2017, cuando apostó por el diálogo con Seúl y Washington, una decisión que desembocó en el sorprendente período de distensión al que asistió la Península durante 2018.
Sin embargo, el proceso de negociación entre Kim Jong-un y Trump no pasó del efectismo y el furor mediático desatado por sus encuentros personales en Singapur, Hanoi y Panmunjom, sin que esas conversaciones desembocaran en acuerdos de calado que permitieran reconducir las relaciones entre las dos naciones y la pretensión de Washington de que Pyongyang desmantele su arsenal nuclear.
Pese al intento de Trump por minimizar la reanudación de los ensayos de misiles, los expertos advierten que el bloqueo absoluto en el que se encuentran sumido el diálogo bilateral puede llevar a Kim Jong-un a generar una enésima crisis regional con una nueva explosión de una ojiva nuclear siguiendo el estilo político tradicional del régimen norcoreano.