Clarín (Argentina).– El papa Francisco envió al delegado pontificio, que tiene las labores de un interventor, al santuario mariano de Lourdes, en Francia, para que este centro sea “cada vez más en un lugar de oración y de testimonio cristiano” y ante la tentación de caer solo en el aspecto financiero.

 

La página de información del Vaticano informó este jueves con una nota de su director editorial, Andrea Tornielli, de la decisión del Papa de enviar al obispo auxiliar de Lille, Antoine Hérouard, al santuario francés, de manera temporal.

 

La decisión, según Tornielli, tiene como objetivo “acentuar la primacía espiritual sobre la tentación de subrayar demasiado el aspecto empresarial y financiero, y quiere promover cada vez más la devoción popular que es tradicional en los santuarios. La decisión está en línea con la ya tomada en 2017 para Medjugorje”.

 

El Papa “se preocupa particularmente por el cuidado de los peregrinos” y “quiere que los centros de devoción mariana se conviertan cada vez más en un lugar de oración y de testimonio cristiano que responda a las necesidades del pueblo de Dios”, como se lee en la carta enviada por el Pontífice a Hérouard.

 

La carta papal fue leída este jueves en el pequeño centro de los Pirineos, lugar de una de las apariciones marianas más populares en la tradición católica, frente a los capellanes y a los responsables administrativos del santuario.

 

A esta decisión se ha llegado después de las varias verificaciones realizadas por el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, dicasterio al cual Francisco ha confiado desde hace dos años la tarea de mejorar el cuidado pastoral de los santuarios.

 

Tras un periodo de crisis, se nombró como director en 2016 al economista Thierry Lucereau para sanear las cuentas y relanzar el santuario que además había perdido numerosos peregrinos en los últimos años.

 

El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes es un conjunto de edificios y lugares dedicados al culto de la Virgen María, en Francia. El complejo incluye las basílicas de la Inmaculada Concepción, la de Nuestra Señora del Rosario y la de san Pío X, así como la Gruta de las apariciones, donde la Virgen se presentó.

 

Es el segundo lugar de peregrinación más visitado del mundo. Es un lugar único, de paz y de profunda reflexión. Miles de personas acuden día tras día al encuentro de la mirada de la madre de Dios y poder tener contacto con el agua de manantial que emana de La Gruta de Lourdes. Esta agua ha curado a miles de personas de dolencias o enfermedades incurables. Un lugar santo que sin duda hay que visitar aunque sea una vez en la vida. ¡Es maravilloso!